viernes, 6 de mayo de 2011

dos ejercicios para recuperar o incrementar la creatividad

El niño creativo y su importancia en el desarrollo del artista,
Todos llevamos un niño dentro que somos nosotros mismos en nuestra infancia, a este niño le gusta hacer cosas que nosotros hacíamos en nuestra infancia y que nos producían mucho placer, comer algo rico (aunque poco saludable) viajar, realizar un picnic, ir a algún lugar en particular, jugar a un juego, pintar, ensuciarse, etc, al crecer vamos dejando todo esto de lado por las obligaciones que como adultos sentimos que debemos asumir y entonces disciplinamos a este niño para QUE sea ordenado y pulcro, para que coma cosas saludables, para que se lave los dientes todos los días, para que sólamente realice tareas productivas y no pierda el tiempo en zonceras. Bueno...esto hace que dejemos de lado muchas cosas que realmente nos alegran el alma y sólo le pedimos al niño disciplina. Pero cuando al niño no se lo alimenta con juegos, comidas que le gustan, viajes a lugares divertidos, ese niño se vuelve hosco, gris y malo y nos hace daño de distintas formas: con stress, con angustias inexplicables, tomando decisiones desacertadas que nos hacen mucho daño. A un niño no se le puede exigir que tenga disciplina todo el tiempo, por eso proponemos que una vez por semana se realice lo que Julia Cameron llama "el encuentro con el artista" una hora a la semana sacamos a ese niño y le damos algo que realmente le guste.
Luego hablamos de las páginas de la mañana y como su realización nos va entrenando en el fluir de la emoción aprovechando y sin anular las interrupciones, las interferencias y las distracciones.
En el trabajo del actor siempre se dan estás tres cosas: las interferencias provocan interrupciones, las distracciones provocan interrupciones y siempre viceversa. De la misma manera que al meditar tratamos de no anular ningún pensamiento distractivo, en la actuación deberíamos hacer lo mismo dado que si tratamos de anular esas distracciones, interferencias e interrupciones lo que hacemos en realidad es potenciarlas, así es que vamos a entrenarnos en incorporarlas al proceso de actuación.
y por eso las páginas de la mañana son un comienzo en este entrenamiento. Tres páginas escritas todos los días sin importar la gramática, la ortografía o la sintaxis, a todo vapor con cada loco pensamiento que se nos cruza e incorporando todas las interferencias.